viernes, octubre 27, 2006

La Terraza-

La Terraza. Todo puedo verlo desde la terraza. Tengo acceso a ventanas de camiones, autobuses, y autos. Desde aquí incluso puede ver otras terrazas, azoteas, tanques de agua y personas caminando por habitaciones de apartamentos. Esta terraza tiene un efecto mágico, el que se para desde aquí lo hace sentir con un poder de omnipresencia, es como convertirse en aquel ser que esta flotando en el espacio, que se encuentra en muchos sitios a la vez; ese ser que todo lo ve, que todo lo sabe, tengo ese poder con sólo voltear hacia cualquier punto en el horizonte. Me doy cuenta enseguida, que este es el primer día del resto de mi vida, se acabaron los jueves de locura, se acabaron los clientes extraños y extravagantes, a veces; cuando observo los aviones llegando al aeropuerto de la Carlota, me hacen recordar a los helicópteros de combate del Sr. Rojas. Desde aquí todo ahora es más tranquilo; no atiendo clientes las 11 horas de día, y ahora si puedo decir que trabajo en un oficina, es decir esto si es un “cubo”. Todo es tranquilidad, muy tranquilo creo que excesivamente tranquilo, tal vez un poco más de lo que quisiera. Hasta las tarea de la universidad se me vuelven menos tediosas al tipearlas en Word, ya que tengo un computador parlanchin que toma dictados, pero cuando analizo el asunto creo que es una exageración, esto me hace sentir “automatizada”.El ascensor no retumba ni se sacude en cada piso, y no tengo que encomendarme a San Marcos de León cuando el elevador me pasea en una vertical de tan solo tres pisos. A diferencia de aquel viejo edificio dónde trabajaba donde la mayoría de las veces me quejaba de la mala administración de su condominio, esta administradora al parecer sabe hacer su trabajo. En definitiva aquí todo es diferente, modernamente diferente, ya no tendré que subir 18 pisos cuando se dañe el ascensor y me da cierta tranquilidad encontrarme en una estructura no anterior a mi horizonte de sucesos. Es bueno saber esto, más por asuntos estadísticos de FUNVISIS que por algún motivo de de superstición, ya que aunque no quisiera estar en un edificio cuando ocurra un sismo, sé que de darse el caso saldría de inmediato a la terraza, en caso de no poder bajar los únicos tres pisos. Estoy ahora en un edificio nuevo, de unos 4 años aproximadamente, de esos que llevan nombres de "Galerías nose que" o "Galerías de tal cosa". Qué podía imaginarme yo, que iba a ocupar un espacio que hasta hace unos años era solo aire, y smog, es decir; era un espacio contaminado en el vacío. Ya se acabaron los jueves de locura, ya no hay más correspondencia de una empresa ficticia llamada "Esquinsa", y no tengo que pelear con el mensajero a final de mes, porque trajo correspondencia errada. El café ahora me lo sirven. A pesar de la pocas o casi ninguna de las ocasiones extrañas y a veces divertidas de mi nuevo trabajo, es poco de lo que podría quejarme de el. Pero eso no quiere decir que todo sea aburrido, podría fácilmente traerme un telescopio o a lo sumo unos binoculares, y volverme una fisgona en mis ratos libres, vería gente haciendo cosas por cada costado de esta terraza que me recuerda a los edificios que se encuentran en el centro de Nueva York. Sería raro, pero podría hacerlo, quizás mientras lo hiciese podría estar tomando café y comiendo donas, muy al estilo de un maniático neoyorquino. Ahora puedo llegar temprano a la universidad, y mi sueldo se triplico, así como mi tiempo. Hoy ha sido el primer día del resto de mi vida, y lo asimilo desde la terraza, por ahora solo me familiarizo con un espacio de 100 metros cuadrados, procurando relajarme en la comodidad de mi nueva silla. Hoy ha sido un nuevo día, el primero del resto de mi vida, pensé que con este nuevo cambio se me haría más difícil escribir, pero al parecer no resulto así.

0 comentarios: